La base de la tupí es un bastidor con una mesa, normalmente de fundición y rectificada, colocada encima. Este bastidor aloja el equipo motriz, generalmente motor trifásico de 2 a 7,5 kW, unido a un eje vertical llamado árbol a través de un multiplicador. El árbol atraviesa la superficie de la mesa por un orificio al efecto y es ajustable en altura, siendo normalmente movible en la vertical el conjunto motor - transmisión - árbol mediante manivela o servomotor. El árbol, cuyo eje central tiene un diámetro de 30, 40 o 50 mm, aloja cilindros con un radio exterior de 5 a 10 mm mayor que el eje y de diferentes longitudes hasta completar la longitud de este.
Tupí en uso
Mediante estos cilindros se pueden fijar en el eje las diferentes fresas o portacuchillas disponibles. La herramienta gira a unos 3.000 a 8.000 rpm. La pieza a fresar es movida por encima de la mesa en contra del sentido de giro de la fresa y guiada por reglas colocadas en línea a ambos lados de ésta, definiendo así la profundidad del corte. La tradicional peligrosidad de la tupí es reducida o eliminada mediante medios auxiliares como una especie de cúpula para cubrir las partes de la fresa que no esté en contacto con la madera, o prensores elásticos de acero, plástico o madera que presionan la pieza contra la guía evitando así que el operario tenga que usar las manos para ello y cubriendo de paso las zonas de corte. Otros medios auxiliares como palos de empuje y alimentadores con sistema antiretroceso y descargadores motorizados aumentan enormemente la seguridad.
Cabe destacar que se debe evitar el uso de fresas y portaherramientas que no dispongan de elemento antirechazo, además de estar prohibidas en equipos de alimentación manual. Guías especiales permiten el fresado de contornos incluso de piezas curvadas. Las fresas, de unos 120 a 250 mm de diámetro, pueden ser de una sola pieza con dos o más filos cortantes, o consistir en denominados portacuchillas o portaherramientas en los que se alojan dos cuchillas con sus correspondientes hierros antirechazo, solución muy útil para carpinterías pequeñas y medianas por permitir disponer de amplia variedad de cuchillas a precio moderado. Los portacuchillas han de ser obligatoriamente de seguridad para evitar el desprendimiento accidental de una cuchilla por la enorme fuerza centrífuga.