Aunque inventado mucho antes, el circuito impreso en la fabricación de equipos electrónicos empezó a usarse en los años '50 del siglo pasado, sustituyendo el montaje “punto a punto” de los componentes, permitiendo un abaratamiento de los costes de fabricación y producción a gran escala.
La electrónica empezó a introducirse con más fuerza en todos los ámbitos de nuestro entorno. Hoy en día estamos rodeados de aparatos electrónicos hasta en los lugares más insospechados como una simple linterna que antes consistía en bombilla, interruptor y pilas, hoy lleva circuito electrónico para el control de las LED.
- Técnicas SMD y THT
- Producción automática de circuitos ensamblados
- Montaje automatizado tanto en prototipos como en serie
Calidad Gran oferta Personalizado
El circuito impreso consiste básicamente en una placa fina con un sustrato a base de resina epóxica con fibra de vidrio, de mayor calidad, o de papel impregnado con resinas fenólicas, más económicas, producida con máquinas especializadas. Pistas de cobre en una o ambas caras constituyen los conductores entre los componentes. Circuitos muy complejos pueden tener varias capas de sustrato, hasta 16, con pistas entre ellas. Orificios practicados en la placa permiten colocar los pins de los componentes para su soldadura. Otros orificios, metalizados, conectan las pistas de ambas caras.
El montaje de circuitos impresos, o de sus componentes, se realiza principalmente de dos formas. La convencional es el método THT (Through Hole Technology) con los terminales de los componentes en forma de alambre. Otra técnica más moderna y actualmente mayoritariamente empleada es la técnica SMT (Surface Mounted Technology) cuyos componentes disponen de terminales en forma de pequeñas lengüetas y son soldados a la superficie de los circuitos sin precisar de orificios. La segunda tecnología permite una enorme reducción de tamaño de los circuitos a la vez de automatización casi total en su producción.